En septiembre de 1969, en el Teatro El Nacional, se realizó el Primer Festival Nacional de la Música Beat. El certamen consagró ganador a un tema inédito de La Barra de Chocolate. “Alza la voz” era un grito de rebeldía que reflejó el espíritu revolucionario de su época. “Cierta vez, un pibe me dijo 'por esa canción me hice comunista’”, comentó Pajarito en aquel reportaje de 2003. “La escribí en cinco minutos”. La entrega contaba con un punzante solo de Smilari y unos precisos arreglos de vientos de su autoría. “Se los tarareé a Francisco “Bubby” Lavecchia, quien los reprodujo en el piano y luego, los escribió en una partitura”, revela el guitarrista. La composición, lanzada en un simple, vendió más de 50.000 unidades. El año culminó con una consagratoria actuación en el Festival Pinap de la Música Beat & Pop ’69. Ambos triunfos allanaron el camino para la concreción de un álbum. Antes de su publicación, aparecieron otras dos piezas: la soñadora “Vivir en las nubes” y la, por momentos, hilarante “El Malecón”.
El elepé del quinteto llegó a las disquerías en abril de 1970. Los acordes introductorios del Farfisa de Mercury definían el mid tempo de “Si supiera esta niña”. “Algunas veces tocamos en Áfrika, un boliche de Barrio Norte. Allí, Pajarito se levantó una mina que era hija de un militar”, recuerda Nacho. La pieza retrataba ese vínculo, obstaculizado por diferencias de clase. “Era como ‘La rubia tarada’ de Sumo, pero con más respeto”, la describió Zaguri. La entrada secuencial del bajo, el órgano, la guitarra y la batería marcaban el pulso de “Buenos Aires Beat”. Retrato cuasi tanguero de una ciudad a punto de despertarse. “Proyectos de un ladrón prisionero” enmarcaba, en una atmósfera psicodélica, un texto escrito por el cantante durante una temporada a la sombra. Tras “Alza la voz”, llegaba “¿Usted sabe lo que es fe?”. Un rhythm and blues, nacido en las sesiones de grabación, con la gran urbe como escenario y citas a otras canciones del combo. El lado uno cerraba con “Otro lugar, cual puede ser” donde el compositor planteaba un escape hacia otro sitio, ya fuese físico o mental. El tema contenía arreglos de Smilari hechos con un pedal wah wah.
El lado dos comenzaba con “Ella, la doncella”, una balada inspirada en “Juan, el noble caballero”, de Moris. La pieza, con arreglos de vientos y cuerdas en sintonía con “She´s a rainbow” de The Rolling Stones, describía a una mujer a la espera de su amado. Seguía “El divagante”, un entrañable retrato de Tanguito. El sólido bajo de Monti, el órgano de Mercury con guiños a la sonoridad de The Doors, y las intervenciones de Nacho, a través de un pedal fuzz, se amalgamaban para construir una gema pop. En “Beatnick waltz” se criticaba a una sociedad que anteponía el progreso material al amor. El tema contaba con otra ajustada participación del tecladista. “El gigante” mostraba a la banda en estado de gracia. Los aportes de la guitarra de doce cuerdas de Smilari, la decisiva presencia de Mercury y la base de Monti y Sapia daban marco a una gran interpretación de Zaguri, quien apuntaba contra los arrogantes y ególatras. El final llegaba con “¿Viste?” una pirotécnica zapada de casi ocho minutos surgida en el estudio. En ella, el cantante desechaba, a viva voz, todo lo que le impedía vivir en libertad.
La fotografía de la carátula del disco mostraba al quinteto posando en la entrada de un bar que, según rememoraba Zaguri, quedaba en la intersección de las calles Paraguay y Reconquista. En la contratapa, un texto del vocalista informaba que las canciones habían sido compuestas mientras soñaba “con una expresión beat netamente argentina en el contenido de sus letras”. Los temas fueron plasmados en el estudio Audión, ubicado en Ayacucho 614, con una consola de cuatro canales. El autor de las piezas era Pajarito, pero éstas adquirían su forma definitiva gracias a Smilari. “Me mostraba las melodías, con los acordes básicos, en una guitarra criolla. Después, yo las envolvía en papel celofán y les ponía un moñito”, grafica Nacho. El proceso de registro fue arduo. “Llegábamos a las tomas finales tras varios intentos, porque Monti y Sapia se iban de tiempo”, afirma. “Los técnicos no entendían nuestra estética. Entonces, cuando la aguja del magnetófono marcaba en rojo, paraban la grabación”, relata aún con asombro.
El conjunto aparecía en televisión y ostentaba una nutrida agenda de conciertos en Capital Federal, Gran Buenos Aires y el interior del país. “Ganábamos mucha guita. ¡Hasta club de fans teníamos!”, exclama Nacho. El combo, incluso, llegó a la pantalla grande en Con alma y vida, film dirigido por David José Kohon. En septiembre de 1970, apareció un nuevo simple. El lado A presentaba “Voces en la calle”, donde se describía a una “Reina del Plata” un tanto hostil. El lado B traía “Doña Lucía”, un soberbio rock and roll con un Zaguri en llamas y un Smilari descollante. Para entonces, el quinteto sufría una profunda escisión motivada por diferencias musicales. Tras regresar de un viaje por Estados Unidos, el guitarrista abandonó el grupo. Su lugar fue ocupado por Juan “Gamba” Gentilini, ex integrante de Conexión Número 5. Sin su arquitecto sonoro, La Barra de Chocolate tenía los días contados. En diciembre de ese año, Pajarito comunicó su disolución".
Integrantes:
Pajarito Zaguri: Voz
Ignacio Smilari: Guitarra
Jorge Mercury: Teclados
Miguel Monti: Bajo
Quique Sapia: Batería
Temas:
01- Si Supiera Esta Niña
02- Buenos Aires Beat
03- Proyectos De Un Ladron Prisionero
04- Alza La Voz
05- Usted Sabe Lo Que Es Fe?
06- Otro Lugar, Cual Puede Ser
07- Ella, La Doncella
08- El Divagante
09- Beatnick Waltz
10- El Gigante
11- Viste?
12- El Malecón (Simple 1970)
13- Doña Lucia (Simple 1970)
14- Un Diablito En El Cielo (Simple-1969)
15- Navidad Espacial (Simple-1969)
16- El Pampero Libertad (Simple-1973)
17- Copado Y Colocado (Simple-1973)
18- Presidente Del País (Simple-1971)
19- Hombre Sin Nombre (Simple-1971)