28 de abril de 2023

El Trío - Todo En Su Medida y Armoniosamente (FLAC-1974)

 

 
Pocho Lapouble, Ricardo Lew y Adalberto Cevasco, tres de los musicos mas importantes del jazz argentino conformaron "El Trío" que en el año 1974 grabaron este único album. En el se fusionan distintas corrientes musicales como el rock, el funky, el bop y ritmos autoctonos como la milonga y el cuplé. Uno de los discos mas interesantes y menos conocidos del jazz-rock vernáculo. Recomiendo especialmente este trabajo por el alto nivel de ejecución de sus musicos y por lo creativo de la propuesta compositiva.
 
"Rarísimo álbum de jazz-rock funk grabado en 1974 por algunos de los mejores músicos de jazz argentinos: Pocho Lapouble, Ricardo Lew y Adalberto Cevasco (miembros de Quinteplus y las bandas de Jorge Lopez Ruiz y Gato Barbieri entre muchos otros). Incluye el irresistible "Se acabó el recreo", un arrebatador y aceleradísimo corte de jazz-funk con aires rock, y los etéreos "Todo en su medida y armoniosamente" y "Haceme Shaft", con Patricia Clark en la voz e inesperados arreglos de moog.
Aquellos que estén familiarizados con el jazz de otras partes del mundo, estarán al tanto de los soberbios discos de jazz modal, big band y post bop grabados en Argentina durante los años 60. El trabajo llevado a cabo por músicos como Chivo Borraro, Jorge López Ruiz o Enrique Villegas podría rivalizar con el de sus colegas norteamericanos.
La década siguiente vería como se producía una apertura a la experimentación, desde un lenguaje jazzístico, y hacia otros géneros musicales, con una cierta preponderancia del elemento rítmico. Los miembros de El Trio forman parte de una generación de músicos de jazz con una mayor propensión a la inclusión de instrumentos eléctricos y a unos modos que más tarde se identificarían como "jazz rock". Música compuesta y tocada desde la lejana Buenos Aires al mismo tiempo que Miles Davis se aventuraba por nuevos territorios sonoros en discos como "In A Silent Way" o "Bitches Brew".
Todo en su medida y armoniosamente refleja ese mismo espíritu de experimentación y fusión de diversas influencias, pero con la mirada puesta tanto sobre el rock como sobre el folclore local. No debe resultar sorprendente que los protagonistas de esta grabación, Pocho Lapouble (batería), Ricardo Lew (guitarra) y Adalberto Cevasco (bajo), hayan acompañado al mismísimo Gato Barbieri en su proyecto "Latinoamérica", poco antes de la publicación de este disco, donde la presencia de ritmos del hemisferio sur impregnaba al jazz de vanguardia del saxofonista argentino. El baterista Pocho Lapouble también había creado Quinteplus, que en 1972 grabó un único álbum de estudio bajo esas mismas premisas de jazz fusión. Este disco fue originalmente publicado por el ecléctico sello argentino Music Hall en 1974 y, con toda probabilidad, distribuido (y vendido) en pequeñas cantidades, de ahí la rareza de este álbum y su actual precio desorbitado en el mercado del coleccionismo".
 
 

 
Integrantes:

Ricardo Lew: Guitarras (electrica, española, acustica)
Adalberto Cevasco: Bajo - piano en 2,4,5,6,8
Pocho Lapouble: Bateria - piano en 1,2

Invitada:

Patricia Clark: Vocal (temas 4 y 8)

Temas:

01- La petichita hace lo que puede
02- Albarraseis
03- Quien se llevo a mi negra?
04- Todo en su medida y armoniosamente
05- Contextos oblicuos
06- Milonga 'N Roll
07- Se acaba el recreo
08- Haceme Shaft
 
 
Formato: FLAC - 44.100 Hz / 16 Bits
 

 pass: naveargenta.blogspot
 
 

21 de abril de 2023

Rata Blanca - Rata Blanca (FLAC-1988)

 

 
Primer álbum de la agrupación mas popular del heavy argentino. Fue grabado en los estudios Buenos Aires Records, en agosto de ese mismo año, y editado por Vértigo Records en 1988. Es el único disco del grupo con la presencia Saúl Blanch (ex Plus) en las voces. La placa contiene temas como "El sueño de la gitana" y "Chico callejero" que pasarían a ser clásicos del repertorio de la banda. Fue presentado el 17 de diciembre de 1988 en el Teatro Alfil con lleno total.  

En 1985, el guitarrista Walter Giardino abandona el fundacional grupo V8. Viendo que el panorama de la música pesada en Argentina estaba en sus peores momentos y no había propuestas que respondiesen a sus intereses musicales, le comunicó a Gustavo Rowek (ex baterista de V8) su idea de grabar independientemente un demo con los temas de su autoría, para que le sirviera como carta de presentación en Inglaterra, ya que había pensado emigrar del país. El baterista accedió y la grabación tuvo lugar en los Estudios Buenos Aires; los músicos que participaron junto a ellos fueron Rodolfo Cava en voz y Yulie Ruth de Alakrán en bajo. Grabaron cuatro temas: "Chico Callejero", "Gente del Sur", "Rompe el Hechizo" y "La Bruja Blanca", tres de los cuales se incluyeron luego en el primer álbum. El resultado les gustó tanto a los músicos que decidieron intentar una vez más la formación de una banda en Argentina.
Dado que Yulie Ruth era el bajista oficial de Alakrán, banda ya consolidada en la Argentina, el rompecabezas de Giardino quedó sin una pieza, la que fue inmediatamente sustituida por Guillermo Sánchez, por medio de un amigo de la banda, Sergio Berdichevsky, quien también se une como guitarra rítmica. Al poco tiempo el vocalista, Rodolfo Cava, abandona el proyecto debido a sus ambiciones personales, lo que obliga a buscar una nueva voz. Precisamente este puesto le es ofrecido a Saúl Blanch, un representante del rock duro de los '70, ex-Plus. Al principio la banda iba a tener un estilo mucho más duro, contaba Walter Giardino, pero con la llegada del nuevo vocalista el sonido debió adaptarse a la voz del cantante. Los primeros dos años de Rata Blanca fueron de ensayo antes de su debut un 15 de agosto de 1987 en el teatro "Luz y Fuerza" en Buenos Aires ante 600 personas que colmaron la capacidad del lugar.
El 19 de septiembre de ese mismo año se produjo la segunda presentación; en esta ocasión en el Teatro Lasalle. Nuevamente un lleno total y mucha expectativa. Hubo algunas personas que le recordaron el nombre de V8 a Giardino, pero la cuestión no se hizo mayor. Luego de este show, Saúl Blanch se alejaría de la banda. Según sus propias palabras, veía que el grupo tenía buenas intenciones, que las ideas valían, pero la cosa distaba mucho de estar armada.[cita requerida] En su momento las presentaciones se hacían a pulmón, no dejaban ganancias, y trataban de conseguir todo a pagar más tarde. El 2 de enero de 1988 hicieron su tercera presentación en el Teatro Fénix del barrio de Flores, introduciendo al nuevo vocalista Carlos Périgo, que venía de Horcas. Périgo, quien brindó su aporte, consolidó al grupo dejando el tema “Días Duros“, un clásico de Rata Blanca, llamado originalmente “Un Camino Nuevo“. Luego de un solo show, tuvo que dejar la banda por problemas de salud.
Pronto e inevitablemente reciben una oferta de Polygram para grabar el que sería su primer disco, el cual, curiosamente, fue desarrollado en la misma sala donde un tiempo atrás hacían la demo que daba origen a la banda. Ya tenían registradas todas las bases y las guitarras, pero surge un nuevo percance: Shito Molina, el nuevo vocalista, faltando una semana para terminar la producción, sufre una serie de complicaciones en su salud que lo dejan casi sin voz. Nuevamente sin cantante, Rata Blanca prueba a Lowi Novello (ex LZ2 y Vorax), quien permanece un par de ensayos. El tiempo de espera para grabar se acorta y él no está preparado para grabarlo, lo que provocó el llamado de emergencia a Saúl Blanch, quien ya conocía los temas y estaba familiarizado con los integrantes.
En octubre de 1988 salió a la venta el primer álbum de Rata Blanca, homónimo, superando las expectativas y agotando sucesivas ediciones (20.000 copias en los primeros 7 meses, luego Disco de oro). El tema de difusión, "El sueño de la gitana", prendió entre el público no metalero, mientras que "Chico callejero" sería el himno de los primeros años de la banda. Gracias a Blanch, Rata Blanca pudo culminar la grabación en fecha, y gracias también a su compromiso, pudieron presentar el disco en una serie de recitales.
 
 

 
Integrantes (En este álbum): 

Walter Giardino: Guitarra líder, guitarra española
Saúl Blanch: Voz
Sergio Berdichevsky: Guitarra rítmica
Gustavo Rowek: Batería
Guillermo Sánchez: Bajo
 
Temas:
 
01- La Misma Mujer
02- Sólo Para Amarte
03- Gente Del Sur
04- Rompe El Hechizo
05- El Sueño De La Gitana
06- Chico Callejero
07- Preludio Obsesivo
08- El Último Ataque
09- Otoño Medieval
 
 
Formato: FLAC - 44.100 Hz / 16 Bits
 

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14 de abril de 2023

Arco Iris - Tiempo de Resurrección (FLAC-1972)

 

Segundo álbum oficial de Arco Iris y primero en donde la personalidad estilística del grupo se desarrolla plenamente, logrando aquí momentos de gran inspiración. Temas como el progresivo "Negro y blanco" u "Hombre de madera", los elementos folklóricos que distinguen a  "Vasudeva", la melodía barroca con arreglos de jazz en "Garza celeste". Sin olvidar el folk mas exquisito del excelente "Tiempo de resurrección", o el mas popular, con el fogonero "Mañana campestre". Si bien el disco fue grabado en condiciones muy precarias (tan solo dos canales) y publicado originalmente en sistema monoaural, es una de las grandes obras de Arco Iris, que ahora podrán redescubrir desde la nave en formato FLAC.

 
En 1971 al terminar su contrato con el sello RCA, Arco Iris firma con el sello Music Hall. Se incorpora al grupo Horacio Gianello como baterista fijo y graban el simple Mañana Campestre / Soy un Pedazo de Sol, con el que logran un relevante éxito. Ara Tokatlian comienza a trabajar con el saxo, luego de prácticas exhaustivas, también es Ara el que en forma incipiente comienza a encargarse de los teclados. Graban el álbum "Tiempo de Resurreccion", en los estudios Netto. En el album se percibe con claridad un notable progreso en la banda, que logra plasmar con efectividad sus ideas. El folklore es ahora una parte sustancial de la obra musical de Arco Iris y cobran importancia los temas acústicos que se combinan y equilibra con los costados más eléctricos orientados al rock elaborado y a la fusión. Dana participa en algunas voces como cantante. Aún no protagonizan la escena los intrumentos regionales. Entre los agradecimientos figura un musico poco conocido en ese momento: León Gieco. Arco Iris comienza a hacer presentaciones como grupo principal y participan del BARock en el Velódromo Municipal.
Con la intención continua de descubrir otras mixturas rítmicas, en 1972, los integrantes de Arco Iris se fueron de viaje hacia el Norte del país en búsqueda de nuevas experiencias. A su regreso la banda lanzó su obra más ambiciosa: “Sudamérica o el Regreso de la Aurora”, una ópera rock en álbum doble que, a fines de 1972, se volvió a enfrentar con los obstáculos de la dictadura y la censura.
Sus producciones siguientes fueron: “Inti Raymi (1975) y “Agitor Lucens V” (1975) ya internados en los diferentes ritmos de Sudamérica en combinación entre instrumentos autóctonos y los propios de géneros como el rock y el jazz.
Para el líder de Arco Iris, Gustavo Santaolalla, eran tiempos de cambios y luego de presentar “Agitor Lucens V” decidió irse de la banda para luego formar “Soluna”,  junto al baterista del grupo Droopy Gianello y un jovencisimo Alejandro Lerner.
El resto de los integrantes continuaron volcados esta vez más al jazz rock y su despedida en aquella etapa fue con la grabación de “Los Elementales” en 1977.




Integrantes:

Gustavo Santaolalla: Guitarra, voz
Ara Tokatlián: Vientos
Guillermo Bordarampe: Bajo
Horacio Gianello: Batería, percusión
Dana: Guia espiritual, voces

Temas:

01- Negro y blanco
02- Vasudeva
03- Hombre de madera
04- Nuestro amanecer
05- Blues de Dana
06- Tiempo de resurrección
07- Mañana campestre
08- Garza celeste
09- Ignea, aérea y marina
10- Busca la estrella elegida 
 
 
Formato: FLAC - 44.100 Hz / 16 Bits
 

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7 de abril de 2023

Juan Carlos Baglietto - Tiempos Difíciles (1982)

 
 
 
En 1982, Juan Carlos Baglietto publicó el emblemático “Tiempos difíciles”, un disco que marcó un antes y un después, convirtiéndose en el primer álbum en la historia del rock argentino en ser certificado disco de oro. Canciones como “Mirta, de regreso”, “Era en abril” o “La vida es una moneda” no paraban de sonar en las radios, en un contexto donde el país atravesaba la triste guerra de Malvinas, último coletazo de una dictadura militar que se hundiría en su propia tragedia.
 
"Cuando se busca qué se escribió sobre el disco Tiempos difíciles, con el que Juan Carlos Baglietto y compañía se presentaron en sociedad en Buenos Aires primero y de allí al país en 1982, es poco lo que se encuentra y hay que navegar mucho para dar con algo. Fue, en su momento, un disco fugaz para la crítica y prensa pese a la admiración que despertó, pero apenas un poco después produjo el hilo de textos necesario para que un álbum de rock moviera el amperímetro de las novedades como hacía rato no pasaba.
El material resultó tan explosivo como dinamita en una mina. El disco y el encandilador genio de ese hombrecito que cantaba canciones con peso específico musical y poético, que lo grabó junto a una banda de la que emanaba una energía inexplicable, dio lugar a un mito casi como si fuese un pase de magia surgido del interior del país en épocas oscuras, capaz de cautivar distintas audiencias y evocado hasta hoy como carta de presentación de una sangre joven que irrumpía en el rock nacional con sesgos demasiado propios.
Fundamentalmente fueron el tipo de canciones de ese disco, que parecían sonar diferentes a todo lo que se escuchaba entonces y adscritas a un ¿género? no tan fácil de identificar que navegaba entre el rock, el pop, la rítmica urbana con sabor a río, el tango y un folk trastocado, capaz de hacer surgir acordes y progresiones armónicas sumamente seductoras, lo que iba a distinguirlo en el tablero del rock nacional aunque su identidad fuese difícil de definir solamente en esa categoría. Canciones inaugurales donde podía rastrearse tanto un sinfín de influencias como ninguna comprobable aunque daba, a la primera escucha, una sensación de familiaridad.
Allí estaban entonces Mirta, de regreso, de Adrián Abonizio; Era en abril, de Jorge Fandermole; Puñal tras puñal, La vida es una moneda y Sobre la cuerda floja, de Fito Páez, y Dulce pájaro, de Rubén Goldin, canciones que se irían convirtiendo en himnos y que hicieron que Tiempos difíciles consiguiera vender 30 mil copias y fuera el primer álbum debut en alcanzar esa friolera. Un disco que fue oro –el primero de rock argentino– en un contexto por demás de adverso –la Guerra de Malvinas, la declinación de la dictadura que todavía pegaba sus zarpazos–, idéntico al que tuvo el origen de lo que la prensa porteña llamaría Trova Rosarina, cuyos miembros o algunos de ellos coparon el escenario de Obras Sanitarias e hicieron sonar esos temas que hoy siguen emocionando de un modo nada fácil de glosar.
En 1982, a la inmediata censura de la música en inglés durante la Guerra de Malvinas y en paralelo a ese rock nacional que resurgía con conciertos de Almendra –que volvía–, Serú Giran, Vox Dei, Raúl Porchetto, León Gieco y el legendario Moris (que otra vez pisaba suelo patrio), se instalaba un nuevo lenguaje musical de la mano de la new wave, donde el pop pisaba fuerte con bandas como Los Twist que aggiornaban parte de la rítmica de los 60 tornándola  superficial y divertida. Ahí, claro, Tiempos difíciles fue un flechazo al corazón de esa escena y la sorpresa del año.
La lírica de Mirta, de regreso, en todo una profunda aguafuerte de un estado de cosas con su pertinente correlato objetivo, fue un refugio para los fantasmas de un tiempo que ya pujaba por dejar de ser lo que era pero revelaba al mismo tiempo un presente clausurado en donde había que empezar de abajo:  “…Ya no hay ni un pelo largo/ todos parecen soldados./ Me siento parado en un cementerio./ Me recibió el frío y un nuevo gobierno…”, decía y allí se cifraba la impresión blanco y negro de un mundo que había arrasado con los sueños románticos, frágiles y ya marchitos bajo los implacables  brillos del neoliberalismo instalado tras seis años de dictadura;  y que a la vez ponía en diálogo una lengua ribereña llena de matices, un artefacto poético significativamente político, perdedor pero nunca resignado, con el áspero cemento de una cultura erosionada y decepcionada. Las notas ascendentes de un teclado, la distorsión de una guitarra o la garra o calidez de una voz en las canciones del disco se abrían paso en un territorio que podría ser desconcertante y a la vez liberador. Era en abril es un tema francamente desgarrador –se la tiene como una de las canciones más tristes del rock nacional– y sin embargo portaba una resistencia a la pérdida insondable que revelaba y profundizaba e iba más allá del mero relato. Fandermole exhibía ya un imaginario cultivado y medular. La estrella oculta de ese firmamento de seis que eran Baglietto y su banda ya despuntaba con aperitivos musicales inspirados y deslumbrantes.
El ADN de Fito Páez era como un sol que enrojecía el horizonte y producía una onda expansiva que fracturaba cerebros. Ahí ya estaban Puñal tras puñal y su fraseo inquieto a lo Discépolo: “…La propuesta es sencilla,/ pero olvidar es matarse de a poco./ Soy otoño esta noche./ Soy verdugo impaciente de mi sombra…”, que parece describir ciertos acontecimientos de la vida que están agazapados a la espera, pacientes como una lluvia quieta, de que alguien caiga en sus redes; o La vida es una moneda y En la cuerda floja, crónicas vigorosas que testimonian una sociedad fragmentada que uniforma y excluye con la misma violencia. Pese a su juventud, Fito contaba con un instinto musical educado a golpes de notas ligeras y abruptas a la vez que precisaba en sus letras el conflicto y el casi nulo optimismo de ese tiempo.
Baglietto grabó Tiempos difíciles con la misma formación que en el Festival de La Falda lo consagró cantante revelación apenas unos meses antes. Silvina Garré en coros, Rubén Goldin en guitarra, Sergio Sainz en bajo, Fito Páez a cargo de los teclados y José Luis Zappo Aguilera en percusión fueron los protagonistas de ese registro único e inoxidable. Tiempos difíciles fue así una expresión cultural de su época porque logró insertarse en el imaginario musical representando con demoledora contundencia su contexto. Y eso fue claramente percibido por el público, que inundó las disquerías en el frío y gris otoño del 82. Casi como buscando pan caliente". 
 
Juan Aguzzi - barullo.com.ar
 
 
Juan Carlos Baglietto y la Trova Rosarina
 
 
Integrantes:

Juan Carlos Baglietto: Voz, guitarra acústica
Silvina Garré: Coro
Fito Páez: Piano, Teclados, coros, arreglos
Rubén Goldín: Guitarra eléctrica, voz, arreglos
Sergio Sainz: Bajo eléctrico
José "Zappo" Aguilera: Percusión
 
Músicos Invitados:
 
Luis Cerávolo: Batería
Alejandro Santos: Flauta traversa
Manolo Juarez: Piano, arreglos en "Los nuevos brotes"
Chango Farías Gómez: Percusión en "Los nuevos brotes" 

Temas:

01- Mirta, de regreso (Adrián Abonizio)
02- Aunque mañana no estés (Fito Páez)
03- Era en abril (Jorge Fandermole)
04- Los nuevos brotes (Juan Monfrini, Rubén Goldín)
05- Puñal tras puñal (Fito Páez)
06- Sobre la cuerda floja (Fito Páez)
07- Dulce pájaro (Rubén Goldín)
08- La música del Río de la Plata (Fito Páez, Juan Carlos Baglietto)
09 Sin luna (Rubén Goldín)
10- La vida es una moneda (Fito Páez)


Formato: Mp3 - 320 Kbps


pass: naveargenta.blogspot

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