La aparición del primer álbum de Memphis La Blusera fué una anomalía en el panorama del rock argentino de los 80, dominado por corientes musicales como el pop, la new wave, y la música de fusión. Memphis retomaba estilisticamente el camino del blues urbano argentino que habían fundado artistas como Manal, Pajarito Zaguri o Pappo, pero con una impronta mas arraigada al rhythm and blues y al jazz. Este debút discográfico contenía ya varios clásicos como "Moscato, pizza y fainá", "Blues de las 6 y 30" o "El estibador", que contribuyeron a consolidar al grupo como uno de los mas populares de aquella década y uno de los mas importantes dentro de la historia del blues rioplatense.
"La década del 80, entre la retirada de los milicos, la efervescencia con la vuelta de la democracia y el posterior desencanto popular, llevaba por entonces la banda de sonido del pop foráneo, reciclado en Argentina con mayor o menor suerte por la mayoría. Pero el blues era algo inexistente. De hecho, fueron diez años en que el género fue puesto a dormir, aquí y en el mundo. ¡Si hasta tipos como Clapton sacaron álbumes mediocres con teclados que intentaban generar un interés entre las masas de jóvenes amantes de Madonna y M Jackson. Por lo tanto, en Adrián Otero y compañía recae el merito de mantenerse firmes y ser (que yo sepa) el único grupo de blues en actuar y grabar dentro de una década poco amigable con ese género. Ya llegarían los años 90, con el renacer del blues en el mundo, y la aparición de otros intérpretes en el país.
Esta ya mítica banda de blues porteño se armó en 1977, con Adrián Otero,
Emilio Villanueva, Daniel Beiserman, Eduardo Vallejos, Raúl Lafuente y
otros miembros cuyo nombre se perdió en el tiempo. Reunidos alrededor
de la estación de Floresta y la recientemente desaparecida pizzería La
Universal inmortalizada en su primer álbum, el grupo fue creciendo con
algún que otro parate, producto de la época. Bautizados como Memphis La
Blusera por el solo hecho de no ponerse de acuerdo sobre cuál de los dos
nombres usar (“Memphis” y “La Blusera”), llegaron por fin a grabar su
primer álbum, Alma bajo la lluvia. Como previamente habían participado de BARock 82, hubo críticas positivas que le consiguieron un contrato en RCA. Igual no quedaron muy satisfechos: “No quedamos conformes con el disco; nos dieron 50 horas y 8 canales para grabar” recordaba Adrian Otero.
Si hay algo que Memphis tuvo, es el urbanismo acendrado de sus letras (Otero: “Soy un muchacho porteño ¿Sobre qué querés que escriba?”). Oír a Memphis es rememorar los paisajes urbanos descritos más de diez años antes por Javier Martínez en los álbumes de Manal. Y definitivamente eso separa al grupo de otros posteriores del mismo estilo: la interesante descripción de lugares y personajes tan de ciudad, muy bien manejados por la pluma de Adrian Otero, lo mismo que un sonido menos purista que, por ejemplo, Durazno de Gala. Dicho sea de paso, las letras no dejan de ser hoy políticamente incorrectas, un eufemismo que utilizo por no decir machistas, aunque mucho de esto se ve recién en el segundo álbum. Pero también debieron corregir la letra de “El estibador”: “El tema decía ‘blues obrero, blues bien grasa’, y el productor decía que la gente se pone mal si se le dice grasa, así que tuvo que salir ‘blues bien blues’.
Este LP es corto, ocho canciones y 33 minutos. Pero lo compensa con mucha vibra y buenos clásicos. “Moscato, pizza y fainá” inicia el disco con su contagiosa música y su estribillo simple, y la descripción de una noche en el centro porteño. La siguiente canción, “Alma bajo la lluvia”, es un lamento por un amor, otra gran letra llevada por el saxo de Emilio Villanueva. El movedizo “Boogie mama” antecede a “El trepador”, el típico retrato de quien no tiene ética ni moral, solo sus ansias de llegar alto pisoteando a quien se ponga delante. El lado 2 comienza con el otro gran clásico de Alma bajo la lluvia, “Blues de las 6 y 30”, el notable relato del laburante sin reconocimientos. Junto con “Moscato…”, esta canción bien valen hacerse del LP. “Lo mismo boogie” deja lugar a “El estibador”, otro valiosa pintura del puerto y de los obreros de los muelles. El cierre con “En todas las ciudades” opera como el broche de cierre adecuado para el primer disco de Memphis.
Musicalmente, el grupo está en gran forma, con una valiosa labor de Villanueva al saxo, la gran voz de Adrián Otero, ronca a la vez que capaz de pasar del lamento a la sorna en un santiamén. El resto, sin desmerecer a nadie, cumple, con algún buen solo de guitarra de Vallejos, mientras la banda empuja e invita al baile. Muy diferente de Manal, Memphis La Blusera retoma de aquél sin embargo las imágenes de ciudad y los suburbios, antes que sentarse a cantar lugares comunes sobre las minas y el auto; realmente son letras para oír y degustar.
Una rara avis total dentro del panorama argento de esos días, que se estaba dividiendo entre punk, heavy y pop en cualquiera de sus variantes, Memphis La Blusera fue sin embargo un ensamble musical absolutamente necesario para que la grilla rockera argentina no estuviera incompleta. Y Alma bajo la lluvia se constituyó por merito propio en el gran debut de este grupo".
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Memphis La Blusera en 1981
Integrantes:
Adrián Otero: Voz
Eddy Vallejos: Guitarra
León Almará: Guitarra, armónica
King Alfano: Guitarra rítmica, coros
Emilio Villanueva: Saxo tenor
Gustavo Villegas: Piano, órgano, Rhodes
Daniel Beiserman: Bajo, contrabajo, voz, coros
Raúl Lafuente: Batería
Temas:
01- Moscato, pizza y fainá
02- Alma bajo la lluvia
03- Boogie mama
04- El trepador
05- Blues De Las 6 Y 30
06- Lo Mismo Boogie
07- El Estibador
08- En Todas Las Ciudades
Formato: FLAC - 44.100 Hz / 16 Bits
pass: naveargenta.blogspot