Paradojas de nuestro país: la mejor cantante del jazz argentino, es practicamente desconocida por muchos escuchas. En su extensa trayectoria, llegó a grabar este único long play en 1972, acompañada por el cuarteto de Jorge Anders. El disco fué editado por el sello independiente Redondel, bajo el número de serie SL-10509. El ripeo compartido en esta publicación pertenece a esa primera edición del vinilo original.
"Muy pocos recuerdan a Lucía Claudia Augusta Bolognini Míguez, nacida el 23 de agosto de 1912, y bautizada mucho después como Lois Blue en el territorio del jazz. Quizá porque su vida musical se constriñó a bares y reductos de iniciados, y por razones culturales y de época no accedió a grandes teatros. La chica rubia había partido hacia una interminable excursión del canto desde un hogar donde mamá era poeta y papá pintor y fundador de la escuela de Bellas Artes de Cuba 1823, que lleva su nombre. Instalada primero en la ciudad de La Plata, Lucía Claudia Augusta se radicaría en esta capital, donde se recibió de maestra normal y estudió piano. Parece ser que varias personas debieron intervenir en ese año 1935 para empujarla a cantar en el Alvear Palace Hotel, y luego en la audición "Astros y estrellas del jazz", en Radio La Voz del Aire. El otro espaldarazo fue durante sus vacaciones en Mar del Plata, en el Torreón. Se lo dio Rudy Ayala al proponerle cantar junto a su orquesta. Estos pasos le permitieron acceder a Radio Belgrano, donde empezó cantando junto a un grupo de piano, trompeta, guitarra y contrabajo, y donde participó en varios programas que le abrieron las puertas para ingresar en el ancho mundo de la célebre conductora Blackie. Tras su paso y ulterior grabación por el recordado grupo Santa Paula Serenaders, se encuentra a Lois cantando -como siempre: acompañándose en piano- en Radio Splendid.
A partir de 1944, y por tres años, alcanza a grabar 23 temas con la Orquesta de Jazz de Héctor Lomuto. Lois se desempeñó como actriz en algunas películas argentinas ("Días de odio", "El cielo en las manos", "La patrulla chiflada", "La voz de la ciudad", "Suegra último modelo") y tanto en la televisión como en el teatro se consideró notable su vis actoral. Como compositora cabe recordar temas como "Romance para trompetas" y variada música tropical para películas de Blanquita Amaro, Amelita Vargas y Alfredo Barbieri. Como un hito de su carrera quedará su actuación de cantante solista en la orquesta de Cab Calloway, en Montevideo, donde incluso hizo dúo con el músico en "St. Louis Blues" y "Rosa Madreselva".
Nestor Astarita, que supo regentear el bar Jazz & Pop, de la esquina de Chacabuco y Venezuela, la recuerda como una cantante-música, al estilo Tony Bennett, Joao Gilberto, Ray Charles. Porque "tocar con ella era estar con otro músico con el cual se entabla una conversación musical. Lois era capaz de zapar desde las 9 de la noche hasta las 4 de la mañana. Lo más importante para ella era improvisar. Uno de los mojones de su trayectoria es el disco que grabamos con Jorge Anders (clarinete, saxo y dirección), el negro González (en contrabajo), Santiago Giacobbe (en piano) y yo en batería". Astarita la recuerda como "una flaca rubia de ojos claros que era amiga de todos los músicos, empezando por el Mono Villegas, a la que siempre veíamos acompañada por su hija. Su repertorio era amplísimo, desde Ellington, Porter y Gershwin hasta páginas de música moderna, incluso temas como "Las hojas muertas". Nunca dejó de cantar. Sólo le importaba eso en su vida". Lois Blue supo unir desparpajo y musicalidad. Como el gran Villegas."
René Vargas Vera
"En el mundo entero han sido —y son—muy pocas las verdaderas, las auténticas cantantes de jazz. El aislamiento de los grandes centros jazzísticos hizo que sólo la "elite" argentina sepa que nuestro país se vio, en un determinado momento, favorecido con varias cantantes que sabían sentir y no sólo decir el jazz. Más asombroso aún resulta que quienes así sentían la música negra eran blancas, contrariamente a lo que sucedía en el país de origen de esta música. Por eso, desde sus comienzos, cuando los grandes del jazz pasaban por Buenos Aires y escuchaban cantar a Lois Blue no podían comprender cómo conseguía expresar con tanta justeza su música esta mujer blanca que, además, no había vivido, en su real dimensión, la angustia del negro, su dolor latente y reprimido, su añoranza, fluyendo en cada nota de su genuina expresión musical.
Y es que Lois Blue, escuchando a las viejas cantantes de color -desde el disco, por supuesto— había descubierto que todo su ser se estremecía ante el nostalgico latir de la raza que vibraba en cada una de las inflexiones de su canto. Ella reconoce que Ethel Waters fue su maestra. Nosotros pensamos que, más que su maestra, fue la inspiradora de un estilo que, recibido el pri-mer impulso exterior, se canalizó por cauces personales. De un estilo que la convierte, con el tiempo, en una creadora, y en el que no es posible distinguir reminiscencias. Por eso es que Louis Armstrong, el gran Satchmo, luego de haberla escuchado, al descubrirla en la platea la noche de su despedida de Buenos Aires, la hace subir al escenario para que comparta con él la ovación de esa noche.
Y Duke Ellington, en otra oportunidad, se sienta al piano para acompañarla en su "Solitude".
Y Cab Calloway canta con ella en el Teatro Solís de Montevideo.
Y Coleman Hawkins... Y Roy Elridge... y Gene Krupa...
Los "y" podrían seguir un largo rato porque todos los músicos de jazz que llegaron a Buenos Aires y dexcubrieron a Lois Blue, sintieron que pertenecía a su núcleo, al núcleo de aquellos a quienes el jazz les nace de adentro.
Por eso, quienes hace años —bastantes, dice ella— escuchábamos a esa joven rubia de voz negra que nos hacía estremecer en nuestro asiento, al volver a escucharla hoy, nos damos cuenta que nada ha cambiado.
Porque el paso de los años puede perjudicar a un cantante deteriorando su voz, pero Lois no es una voz, es un sentimiento. Y los sentimientos no se destruyen tan fácilmente.
No nos asombra, entonces, que los jóvenes de hoy la aplaudan en sus presentaciones con el mismo entusiasmo con que nosotros la aplaudíamos. Ello nos da la seguridad de que tanto los jóvenes como los mayores se sentirán transportados, al escuchar este disco, a ese mundo peculiar de Lois en el que se mezclan armoniosamente la nostalgia de "Misty" o de "Según pasan los años" con la agilidad de "Tengo ritmo" y con la acariciante expresividad del clásico "Summertime", Todo ello en el marco creado por Jorge Anders, uno de los nuevos valores de nuestro jazz, con la valiosa colaboración de tres músicos de la jerarquía de Santiago Giacobbe, de Jorge González y de Néstor Astarita. Un marco que se compenetra con la cantante en el acompañamiento y pasa a un primer plano de elevada jerarquía cuando la voz está ausente."
Carlos Mayon - Escrito interior de álbum
Musicos Que Participan:
Lois Blue: Voz
Jorge Anders: Saxo tenor, clarinete
Santiago Giacobbe: Piano
Jorge González: Bajo
Néstor Astarita: Batería
Carlos Piriz: Técnico de grabación
Temas:
01- I’ve got rhythm (Gershwin)
02- She’s funny that way (Moret-Whiting)
03- But not for me (Gershwin)
04- Misty (Garner)
05- Summertime (Gershwin)
06- Saint Louis Blues (Handy)
07- Body and soul (Green-Heyman-Sour-Eyton)
08- As time goes by (Hupfeld)
09- Sweet Georgia Brown (Bernie-Pinkard-Casey)
10- Mood indigo (Ellington-Mills-Bigard)
Muestra Gráfica De La Grabación Sin Pérdida De Audio Original
Ripeado De Vinilo
Formato: FLAC (Free Lossless Audio Codec) 48.000 Hz - 16 Bits
pass: naveargenta.blogspot